15 de febrero de 2012

Del premio al castigo

Varias han sido las películas que he visto donde la denuncia contra un portentoso empresario o político parece imposible fructificar por serios obstáculos como la impunidad, enorme poder y redes de intereses. No obstante la férrea tenacidad de uno o varios protagonistas culminan por desanmascarar a los tramposos. Cinta emblemática es Mr. Smith Goes to Washington (El señor Smith va a Washington / Caballero sin espada) 1939, de Frank Capra, basada en una historia de Lewis R. Foster y guión de Sidney Buchman, estelarizada por James Stewart en el papel de Jefferson Smith).
Y uno piensa que cosas así sólo pasan en las cintas cuyos argumentos buscan exaltar la honestidad y demostrar que el bien le gana al mal.
Pero cuando algo parecido sucede en la realidad uno no da crédito a ello.
No hace mucho la insistencia en el caso del líder religioso en México de los Legionarios de Cristo acusado de pederastia logró romper con el cerco religioso y desde las altas esferas se aceptó el delito.
Esta semana con la decidida voluntad de escritores, periodistas y seguidores de las redes sociales, no sólo se ha logrado evidenciar las trampas de un individuo que citaba sin entrecomillar y dar la fuente, o sea, plagiario, por más que se escude en una pésima interpretación de la Ley de Derechos de Autor, sino obtener su renuncia al máximo puesto de la cultura universitaria y al premio literario del que se creía merecedor.
Van dos afortunados sucesos (después de dos pésimas decisiones: una la del nombramiento de Sealtiel Alatriste por el Rector en 2007, y otra la del reciente dictamen del jurado del Premio Xavier Villaurrutia).
Faltaría el más trascendente: el de resarcir daños a los plagiados (algunos ya desaparecidos) y a los afectados por sus mágicos traspasos de textos de modestos autores a firmas reconocidas.
Eso cae en el ámbito de la utopía, pero si ya vimos que a veces lo que pasa en las películas puede pasar en la realidad, quién quite y algo suceda hasta que no aparezca la palabra "Fin".

Nota reivindicatoria de la lucha: Cronica de una caída, Proceso, 16/02/2012.
Página con abusos en Alfaguara.
Página con el abuso literario denunciado en 2006.


2 comentarios:

  1. No se puede negar que Alatriste cometió errores al no citar las fuentes de las frases que usó para sus artículos, pero también publicó casi una decena de novelas...¿Las "plagió también? En la otra esquina de este ring "mediático virtual" esta Teófilo Huerta, quien, despues de haber publicado muy limitadamente un puñado de cuentos de calidad cuestionable, arremete con esta cacería de brujas donde ni Saramago se salva...¿Soy solo yo o esto huele a oportunismo para que la gente comience a conocer a este escritor frustrado que parece ser Huerta? ¿Acaso no valdría tambien comparar ambas carreras de Alatriste y su detractor?

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  2. Señor Anónimo: "no se niegan los errores..." y precisamente por el proceder del tipo no es difícil imaginar que en varias de sus novelas haya procedido incorrectamente, pero aunque no fuera así, su recurrente forma de hacerlo con sus artículos y su inmoral conducta como editor lo descalifican. ¿Que yo he publicado limitadamente? ¿Acaso hay que publicar mucho? La cantidad no hace la calidad. Hay casos de escritores con obra breve y de excelencia. ¿Calidad cuestionable? Tengo hasta el momento buenas menciones de acreditados críticos y escritores y en todo caso eso le corresponde al gran público. ¿Cacería de brujas?... bueno posiblemente sí son unos brujas los personajes en cuestión. ¿Oportunismo? No señor, simple defensa del sagrado derecho de autor. ¿Escritor frustrado? En lo absoluto, tengo la libertad de imaginar y escribir y también venturosamente publicar. Y un favor: no apele a las comparaciones entre mi persona y ese truhán de las letras; gracias a Dios yo forjo mi devenir con esfuerzo y honestidad.

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